domingo, 4 de diciembre de 2016

NOCHERO

LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro Nº 006 – 04/12/2016

Con su licencia, paisano! Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver si compartimos “Decires de la campaña”.

EL NOCHERO
Supo explicar D. Pedro Inchauspe: “El nochero es el caballo que se deja en las casas, ya encerrado en el corral, ya atado a soga, durante la noche. Ese caballo sirve para cualquier caso de apuro y, al llegar el día, para traer la tropilla o las lecheras que andan en el campo”.
Y si, esa es la función del nochero: estar siempre a mano de las necesidades.
Claro que a lo largo del tiempo han existido distintos tipos de “nocheros”, o mejor dicho, caballos “nochero” de distintas condiciones.
En la azarosa etapa de ir poblando con estancias la inmensidad de la llanura, el animal que se dejaba a mano, tenía que ser de probada condiciones, porque con él no había que ir a echar las lecheras, sino que muchas veces salir a pedir auxilio ante el inminente ataque de un malón, o cuando se veía el campo en movimiento como presagiando un sinfín de alaridos. Ese “nochero” debía ser un caballo de probadas condiciones: veloz de galope, resistente y aguantador ante el esfuerzo.
Andando el tiempo, unos cuantos años después, silenciados los alaridos y ya con los campos alambrados, solía quedar de nochero algún caballo ya entrado en años, que quizás había sido el de andar del dueño de casa, que una vez reemplazado por algún redomón ya entregado y prometedor, seguía prestando algunos servicios que no le exigían demasiado esfuerzo y aún lo mostraban útil. Ese “nochero”, quizás que en el día, era el que llevaba a los chicos a la escuela.
Recientemente, mejor dicho en estos días, acabo de enterarme que en la Patagonia, más precisamente en la provincia de Santa Cruz, al caballo que presta esos servicios se le llama “el guardiero”; al respecto el escritor Francisco Albornoz, explica: “Es un caballo guardado o en guardia, listo para salir a cubrir cualquier eventualidad propia de los trabajos del campo”.
Esto es lo que llamamos “regionalismos”, de ahí lo importante que sería contar con una Academia del Habla Gaucha que pueda compendiar todo este tipo de voces y decires.
Artemio Arán, el escritor sanpedrino radicado en Córdoba, trató de describir lo que pasa en la madruga da cuando se requiere al “nochero”: “Cuando vamos a ensillarlo, nos rezonga en un relincho porque le hicimos un quincho con la noche largo a largo… Es el nochero sin duda punto de apoyo y ayuda con que el destino me armó”.

No hay poeta criollo que se precie de tal que no le haya escrito al “nochero”, por eso, al momento de ilustrar poéticamente a lo que hemos venido hablando, lo hacemos con un versos del amigo poeta de Pipinas, Don Arnolfo “Quicho” Peralta, titulados: "Canto al Nochero" (al verso se lo encontrará en Antología de Versos Camperos)

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